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La IA de OpenAI llega al Pentágono: El ejército de EE. UU. prueba sus modelos de peso abierto

OpenAI está permitiendo que el ejército de EE. UU. pruebe sus modelos de peso abierto (gpt-oss) para su uso en computadoras militares sensibles, marcando un hito en la integración de la IA comercial en la defensa nacional, aunque algunos expertos dudan de su liderazgo.

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La IA de OpenAI llega al Pentágono: El ejército de EE. UU. prueba sus modelos de peso abierto

La relación entre las grandes empresas de Inteligencia Artificial y las agencias de defensa nacional siempre ha sido compleja, pero un nuevo desarrollo crucial acaba de salir a la luz: OpenAI está facilitando el acceso de sus modelos de peso abierto al ejército de Estados Unidos.

Específicamente, el Pentágono está probando los modelos conocidos como gpt-oss (Open Source Software, aunque OpenAI prefiere el término 'open-weight' o peso abierto) para integrarlos en sus sistemas informáticos más sensibles. Este movimiento subraya la creciente necesidad del sector de defensa de aprovechar la potencia de la IA generativa, incluso si proviene de Silicon Valley.

¿Qué significa que un modelo sea de "peso abierto"?

Cuando hablamos de modelos de lenguaje grande (LLM) como los de OpenAI, existen diferentes niveles de acceso. La mayoría de los modelos populares, como el GPT-4 que usamos en ChatGPT, son de "código cerrado": solo OpenAI conoce los detalles internos y nadie más puede inspeccionar su funcionamiento.

Sin embargo, los modelos de peso abierto son diferentes. Aunque la arquitectura completa del modelo no es completamente pública (como el código fuente de un software tradicional), los "pesos" o parámetros que definen su conocimiento sí lo son. Esto permite a terceros, como el ejército, descargar el modelo y ejecutarlo en sus propios servidores internos, sin necesidad de conectarse a los servidores de OpenAI.

Para el ejército, esto es vital. Al poder ejecutar el modelo en sus propias computadoras seguras, se garantiza que los datos sensibles y clasificados nunca salgan de sus redes internas. Pueden inspeccionar y auditar el modelo para asegurarse de que no haya puertas traseras o sesgos peligrosos, un requisito indispensable para la seguridad nacional.

La carrera por la supremacía en la defensa

Si bien OpenAI es un nombre dominante en el ámbito civil, la competencia en el sector de defensa es feroz. El hecho de que el ejército de EE. UU. esté probando los modelos de peso abierto de OpenAI es un gran paso comercial para la startup, pero no es una victoria asegurada.

Fuentes internas del sector de defensa sugieren que, a pesar del prestigio de OpenAI, la compañía podría estar rezagada en comparación con otros competidores que ya han adaptado sus modelos para entornos militares específicos. Esto podría deberse a la necesidad de optimizar los modelos para hardware militar o a requisitos de seguridad mucho más estrictos que los del mercado comercial.

La decisión final sobre qué modelos de IA se integrarán a gran escala en las operaciones militares dependerá de factores como:

  • Rendimiento en tareas específicas: ¿Qué tan bien manejan la jerga y los documentos clasificados?
  • Seguridad y auditabilidad: ¿Pueden ser modificados y controlados totalmente por el Pentágono?
  • Eficiencia: ¿Pueden ejecutarse rápidamente en hardware limitado en zonas de conflicto?

Implicaciones éticas y el futuro de la guerra

La integración de la IA de uso comercial en las estructuras de defensa plantea preguntas éticas profundas. ¿Hasta qué punto debería una empresa privada como OpenAI influir en las capacidades militares de una nación?

Por ahora, el uso se centra en tareas de apoyo y análisis de información, como resumir miles de documentos de inteligencia o ayudar en la planificación logística. No obstante, este acuerdo sienta un precedente claro: la Inteligencia Artificial ya no es una herramienta futurista para la defensa, sino una tecnología operativa clave que se está desplegando activamente. El éxito de estas pruebas determinará si OpenAI se convierte en un proveedor fundamental para el arsenal tecnológico del Pentágono, o si otros competidores logran superarlos en esta crucial carrera de seguridad.

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