La Teoría de Juegos Revela Cómo los Algoritmos de Precios Suben los Costos para los Consumidores
Investigaciones recientes, basadas en la Teoría de Juegos, demuestran que algoritmos sencillos de fijación de precios pueden aprender a coordinar subidas de costos de manera autónoma, elevando los precios de bienes y servicios sin necesidad de colusión explícita entre empresas.

Los algoritmos de fijación de precios son una parte invisible pero fundamental de nuestra economía moderna. Desde el precio de un billete de avión hasta lo que pagas por un viaje en VTC, las decisiones las toman programas de software diseñados para maximizar las ganancias. Sin embargo, una nueva línea de investigación, apoyada en la Teoría de Juegos, ha revelado un efecto secundario preocupante: estos sistemas pueden aprender a coludir y subir los precios por sí mismos, sin que nadie se lo ordene.
La "Colusión Silenciosa" de las Máquinas
La colusión, es decir, el acuerdo secreto entre competidores para limitar la competencia y subir los precios, es ilegal en la mayoría de las economías. Pero, ¿qué sucede cuando la colusión no es un acuerdo humano, sino el resultado de la optimización de un código?
Los estudios demuestran que, incluso con algoritmos de precios muy básicos, estos sistemas convergen rápidamente hacia estrategias de precios altos que imitan la colusión. Esto se explica a través de la Teoría de Juegos, que modela las interacciones estratégicas entre agentes racionales. En el contexto de los precios, los algoritmos actúan como jugadores que observan las acciones de sus competidores y ajustan su propia estrategia para obtener el mejor resultado.
El resultado es una especie de "cártel invisible". Los algoritmos no se envían mensajes diciendo 'subamos el precio', sino que, a través de prueba y error, descubren que la estrategia más rentable a largo plazo es seguir el aumento de precios del competidor, en lugar de intentar rebajarlo.
¿Cómo Aprenden a Subir los Precios?
La clave está en los mecanismos de aprendizaje automático que usan estos algoritmos. Cuando un algoritmo de una empresa sube ligeramente su precio, el algoritmo de la empresa rival lo registra. Si el rival ve que seguir ese aumento resulta en mayores ganancias para ambos (porque los clientes siguen comprando al precio más alto), el sistema refuerza esa acción como positiva.
Este proceso de autoaprendizaje y retroalimentación crea un ciclo donde el precio óptimo para cada empresa individualmente es mantener el precio alto, siempre y cuando el otro competidor haga lo mismo. Es una versión digital del dilema del prisionero, donde la cooperación (mantener precios altos) se convierte en la estrategia dominante, aunque sea perjudicial para el consumidor.
"No necesitan una instrucción explícita de coludir. Simplemente aprenden que la estrategia más rentable es la coordinación de precios."
El Impacto en tu Bolsillo y el Desafío Regulatorio
Este fenómeno ya está afectando sectores como las aerolíneas, el comercio electrónico y los servicios de transporte bajo demanda. Cuando la mayoría de los competidores clave en un mercado utilizan algoritmos similares, el riesgo de que los precios se inflen artificialmente aumenta drásticamente.
El problema legal es inmenso. Las leyes antimonopolio están diseñadas para castigar la intención humana de coludir. Pero, ¿cómo se prueba la intención cuando la decisión la toma una máquina que simplemente está optimizando una función matemática? Los reguladores se enfrentan al desafío de determinar si deben prohibir ciertos tipos de algoritmos de precios o si deben redefinir lo que constituye la colusión en la era digital.
Si bien los algoritmos de precios ofrecen eficiencia, esta investigación subraya la necesidad urgente de supervisar su comportamiento. De lo contrario, los consumidores seguirán pagando el costo de la coordinación perfecta de las máquinas.





